Han sido muchas las noticias publicadas acerca de la extinción del rinoceronte negro del África, pero les tengo una noticia relativamente buena: no es así.
UN POCO ACERCA DE LA ESPECIE:
Su nombre científico es diseros bicornis y pertenece a los perosodáctilos, es decir, animales que tienen un número impar de dedos terminados en pesuñas. Es una de los dos rinocerontes que habitan en la sabana africana y es considerado el cuarto animal más grande de esa zona (después del elefante africano, el rinoceronte blanco y el hipopótamo).
Se alimenta de ramas bajas de los árboles y arbustos cercanos y se consideran animales tranquilos, mientras no se sientan intimidados en su territorio o se sientan en amenaza ellos mismo o sus crias.
Su mayor característica fenotípica es la poseción de un cuerno en la parte delante-frontal y en este radica toda la problemática que les contaré a continuación.
Resulta que este cuerno es considerado, mayoritariamente en el continente asiático, como una medicina contra el reuma, la gota, fiebres altas, el cáncer, e incluso como un producto afrodisíaco, y por esta razón se convertido en un gran negocio el tráfico ilegal de esta parte del animal, lo que ha generado la extinción de la especie blanca y de la negra occidental y está llevando a la negra africana por el mismo camino.
El valor de este cuerno puede alcanzar los 65.000 dólares (50.220 euros aproximadamente) por kilogramo, un precio que en el mercado negro es mayor al del oro y la cocaína.
Al principio dije que era una noticia relativamente buena, y es porque el Programa Global de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en ingles), la cual lleva el registro mundial de las especies extintas y en peligro de extinción, aclaró que aun quedan registrados 5 rinocerontes negros africanos vivos, clasificando a la especie en Peligro Crítico de Extinción dentro de la Lista Roja de Especies Amenazadas.
Esta afirmación la hacer ya que la razón para presumir su extinción fue la muerte de 15 ejemplares en un parque de África, pero los dirigentes de la IUCN aclaran que para declarar una especie como extinta, es necesario realizar un exhaustivo estudio en un amplio territorio considerado como su hábitat.
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